03 enero 2006

Paloma




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Paloma

¿Por qué te sonrojas?
Bueno, como siempre lo haces, pensé que lo harías ahora.¿Alguna vez has cantado...¡la felicidad! ¡Ja ja já! ¡De sentir tu amor!? ¿No? Deberías hacerlo.
Esa noche lo hice, mejor dicho, lo hicimos veinte o quince solidarios compañeros de parranda atrapados. Y recorrimos por los pasillos de este reclusorio, casa de retiro o como se llame, saltando y bailando, gritando o cantando, lo mismo da después de un pisco.
Las botellas se terminaron, se terminó la gaseosa, se acabaron las canciones del repertorio colombiano. Hasta las canciones de protesta se agotaron. Qué pena... a dormir.
Se agotó todo, es verdad. Sólo me quedó el recuerdo para recordarte y la imaginación para imaginarte. Pero la imaginación vuela... y entonces voló.
¿Por qué te sonrojas?...Tienes razón, vuela como una paloma.
¿Te gustaba que en el colegio te llamaran paloma?
Sabes, recordé que hace poco, poquísimo, vi un ave de esas que surcan los aires con su pecho blanco y erguido.
Esta ave detuvo su vuelo por ver el mar.
Se sumergió porque quería verlo aún más de cerca. Se sumergió tanto que chocaba con los arrecifes, perdida en la profundidad admiraba peces y corales, admiraba...
Tanto le gustó que sin darse cuenta se le achicaron las plumas, se le hicieron transparentes hasta parecer escamas... ¡Eran escamas!


¡Dios mío! - gritaba -¡pero no soy un pez!
Y al gritar se dio cuenta que sabía recoger oxígeno del agua.
¿El agua?
¡No podré salir de aquí!
¡No podré salir más al aire!,
¡No podré patinar más en el aire!
¡Yo soy un ave! ¡Soy un ave!
¡Soooyyy uunnn aavvveeeee...!! gritaba mientras se aferraba a la superficie...
Logró salir y al secarse aparecieron, felizmente, sus plumas.
¡Vaya que suerte!- dijo - y nuevamente voló...
Cansada se detuvo en una llano en medio de otros emplumados.
Allí no supo qué hacer. Todos agachaban la cabeza y enterraban el pico, atrapando gusanos o maíces que de alguna parte les tiraban.
Quiso hablar con ellos, pero no pudo. Un nuevo esfuerzo por hablar y por fin: ¡Cocorocó!¡Cocorocó!¡Cocorocó!
Alguien contestó: ¡quiquiriquí! ¡Una nueva gallina aquiiií!
¿Gallina ? ¡No, no!.
Vio entonces cuatro cercas que parecían hacerse cada vez más angostas.
-Pero, ¡Qué gallina! ¿De dónde salió?
-No lo sé, pero qué importa, ya esta para la olla.
¿La olla? -se preguntó la pobre paloma- Intentó volar pero los huesos estaban pesados, las alas más cortas. Intentó volar y no pudo. Volvió a gritar como la primera vez:
¡Sooyyy uunnn aavveee!!!
Las demás la miraron; está loca -dijeron- Oye tú no sabes que nosotros también somos aves...
Es verdad, también son aves.
¡Cállate y ven a picotear!
Pero, yo soy una paloma...¡Quiero Volar!
¿Volar? -la miraron. Seguramente pensaron que estaba loca de remate- ¿Volar?¿Y para qué sirve?
No lo sé. Para subir hasta el cielo, para estar más cerca del sol, para no tener límites, para ser una paloma y no estas miserables aves de corral. ¡Para ser Libre!
La miraron nuevamente ¿Libre? Ja!Ja!Já!
¡Para ser libre! ¡Para ser libre! siguió gritando y las plumas pujaron para salir y las plumas le crecieron y los huesos se le llenaron de aire y mientras más fuerte gritaba parecía trepar hacia el cielo y así empezó a mecerse en el viento...
Para ser libre...Sí, ¡para ser libre!
Yo miraba todo desde mi rincón. Sonreía simplemente. Muy quedo, en mí mismo, mientras la miraba me repetía libre... libre... para ser libre... para ser libre...
y me crecieron las plumas...
y empecé a volar...
¡Hey paloma, espérameee!!!






"Cuentos" Pepe Arévalo

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