04 enero 2006

Pelito negro

II

Al principio era la nada, solo un sueño.
Algo en la imaginación de alguien que de pronto, como un sueño, aparecía o desaparecía en cada noche, cada vez que se ponía la cabeza sobre la almohada.Pero allí estaba yo siempre presente, aunque indefinido, estaba allí revoloteando aunque desconocido. ¿Quién sabe si lo pensaron seriamente? ¿Quién sabe si en un descuido me logré colar en esta historia que ya me esta cansando incluso antes de empezarla?
Y me tendrán que soportar líneas arriba más, líneas abajo más aún, porque me siento tan bien que me invita a pensar y a enrrollarme en estos discursos gratuitos. Les advierto que los colchones de agua son cómodos, les recomiendo uno; eso sí, de tres plazas, no éste que es muy estrecho.




¿Qué laberinto es este?¿Qué enredo? Y yo sin poderlo descifrar aqui en mi humeda reflexión. Advierto que las noches son más tranquilas que los días porque hay menos movimientos, y que me da más hambre de día que de noche y doy fe que hay risas que resuenan con tanto estruendoque despiertan a cualquier ser humano.

Conozco de llantos, de sollozos, sé de miedos, de adrenalina pura, de gritos, de músculos que se contraen y que se relajan. Y no es por nada pero se me ocurre que en este preciso instante alguien suda y se muerde los labios para soportar el dolor. Justo cuando estoy en mi baño permanente. Uno no tiene tranquilidad en ninguna parte.

¿Quien se lamenta así que da tanta lástima?

Parece mamá...
Sí, creo que me esta llamando.

- ¡Pelito negro, señora! ¡Ya viene! ¡Ya viene!

- ¡yyyaaaauuuu!

- ¡Varón!¡Es un varón!


"Cuentos" Pepe Arévalo

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